Cuando llega el verano, pensamos en sol, viajes por carretera y bebidas frías.
Pero hay alguien que no disfruta nada del calor: el motor de tu coche.
Las altas temperaturas pueden convertir un pequeño problema en un gran dolor de cabeza en cuestión de minutos. Y nadie quiere quedarse varado en la carretera con vapor saliendo del capó.
Así que hablemos de cómo ayudar a tu motor a mantenerse fresco, tranquilo y en forma, incluso durante una ola de calor.
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El refrigerante es clave
El sistema de refrigeración es tu primera línea de defensa contra el sobrecalentamiento. Circula un líquido —normalmente una mezcla 50/50 de agua y anticongelante— que absorbe el calor del motor y lo disipa a través del radiador.
Lo que puedes hacer:
- Revisa el nivel de refrigerante con frecuencia. Busca el depósito (suele ser de plástico translúcido con líneas de “min” y “max”).
- Verifica el estado del líquido. Si se ve oxidado, sucio o espeso, es hora de cambiarlo.
- Sigue el calendario de mantenimiento recomendado, que suele ser cada 2 a 5 años, según el fabricante.
⚠️ Nunca abras el tapón del radiador con el motor caliente: podría haber presión acumulada y causar quemaduras.
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Cuida el radiador
El radiador es el protagonista del enfriamiento. Transfiere el calor del refrigerante al aire. Pero si está sucio, obstruido o tiene fugas, todo el sistema falla.
Consejos:
- Busca fugas visibles: charcos o un olor dulce pueden indicar escape de refrigerante.
- Revisa las mangueras y abrazaderas: deben estar firmes, sin grietas ni abultamientos.
- Limpia las aletas del radiador si están cubiertas de hojas o insectos.
Un rociado suave con manguera puede limpiar sin dañar las aletas. Aquí algunos productos que pueden ayudar
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Vigila el indicador de temperatura
Esa agujita en el salpicadero es tu aliada en los días calurosos. Te muestra si el motor se está calentando demasiado.
Si la aguja se acerca a la zona roja:
- Detente de forma segura.
- Apaga el motor.
- Abre el capó (después de unos minutos) para liberar calor.
- Deja que el motor se enfríe antes de volver a arrancar.
⚠️ Ignorar el sobrecalentamiento puede dañar seriamente el motor (culata, junta, etc.).
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Termostato y bomba de agua: los héroes invisibles
El termostato regula el flujo del refrigerante. La bomba de agua lo mantiene circulando. Si fallan, el motor se sobrecalienta rápidamente.
Señales de alarma:
- Picos de temperatura sin razón
- Fugas en la parte delantera del motor
- Ruidos agudos (la bomba podría fallar)
- La calefacción del coche no funciona bien (está relacionado)
📅 Estas piezas suelen durar entre 90,000 y 150,000 km, pero vale la pena revisarlas si hay problemas de temperatura.
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Usa con moderación el aire acondicionado en atascos
El aire acondicionado es una bendición en verano, pero aumenta la carga del motor, sobre todo al ralentí.
Trucos que ayudan:
- Si la temperatura sube al estar detenido, apaga el A/C unos minutos.
- Asegúrate de que el condensador (delante del radiador) esté libre de suciedad.
- Usa el modo “recircular aire” para que trabaje menos.
Un compartimento del motor limpio ayuda a disipar mejor el calor.
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Aparca con inteligencia
Un coche aparcado al sol puede estar al rojo vivo incluso antes de arrancar.
Consejos prácticos:
- Busca siempre sombra o un parking cubierto.
- Usa un parasol en el parabrisas para reducir el calor interior.
- Deja una rendija en las ventanas para que el aire caliente escape.
Cuanto menos calor tenga al arrancar, menos sufrirá el motor.
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No ignores las luces de advertencia
Los coches modernos nos avisan cuando algo va mal. Si se enciende una luz de temperatura o motor, no la ignores.
Checklist rápido:
- No sigas conduciendo “solo un poco más” si se enciende la luz de temperatura.
- Pide un diagnóstico con escáner o consulta a tu mecánico.
- Fíjate en olores dulces (refrigerante) o sonidos extraños (siseo, burbujeo).
En resumen: prepara tu coche para el verano
Tu coche trabaja duro todo el año, pero en verano, más aún. Unos minutos de mantenimiento y algo de atención pueden marcar la diferencia entre un viaje sin problemas y una avería humeante.
Así que antes de salir a la playa o a la montaña, asegúrate de que tu motor esté listo para soportar el calor. Tu coche (y tu bolsillo) te lo agradecerán.
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